En el caos de la rutina diaria, una mañana echamos al bolso dos cervezas y una lata de berberechos, sin saber que ese simple hecho iba a alterar por siempre nuestras vidas. Marchamos dispuestas a tomar el piscolabis a una de las idílicas praderas de estos Pirineos Oscenses que un día nos adoptaron.
Nos instalamos con nuestro imprescindible mantel a cuadritos y, mientras una decía "egque" y la otra "deunidó", abrimos la lata y, tenedor en mano, escuchamos una voz misteriosa pero a la vez familiar. Cruzamos nuestras miradas:
- ¿Tú has oído eso?
Y prestando de nuevo atención volvimos a escucharla:
- ¡Ñiñaaa, sal ya de ahí! ¿Qué haces encerrada?
Y llegó la inspiración...
Y nació la ñiña...
Nunca imaginamos que nuestra musa sería así, un maltrecho berberecho, tan lejos de los ideales y convencionalismos en los que nos han hecho creer.
Has sido tú! despropósito de musa, quién nos iluminó para este proyecto, quién nos dio dos virgulillas para una sola ñiña, quién nos dio la confianza en nuestra creatividad de universos paralelos, quien nos confirmó que los pequeños actos pueden traer grandes cambios, quién abrió una caja de Pandora con efectos positivos y de cuya impronta surgió nuestro logotipo... por supuesto, en forma de lata.
las ñiñas
Sara y Celia, madrileña y catalana, diestra y zurda, diseñadora y costurera, somos las dos culpables de este inusual proyecto sin ánimo de etiquetas. Nos une la pasión por dejarnos llevar por nuestras ideas, una mezcla de Kireei y Mario Vaquerizo, para bien o... para mejor. Nos sentimos ñoñopunk. Nos sentimos felices siendo fieles a lo que nos gusta, lo que nos hace reír, lo que nos emociona... venga de donde venga, sin encasillamientos.
Agradecemos el tiempo que nos dedicas a leernos. Esperamos gustarte y divertirte!
